Muérete, la línea llega hasta la muñeca (Sr. Chinarro)
Rulfo en la picota
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Lo más difícil que tuve que salvar para escribir el Pedro Páramo, fue eliminarme a mí mismo, matar al autor, quien es, por cierto, el primer muerto del libro
"Estoy en guerra conmigo mismo, es verdad, usted no puede saber hasta que punto, más allá de lo que usted adivina, digo cosas contradictorias, que están, digamos, en tensión real, que me construyen, me hacen vivir, y me harán morir. Algunas veces veo esa guerra de forma terrible y penosa, pero al mismo tiempo, sé que es la vida. Yo no encontraré la paz más que en el reposo eterno."
Alguien que no soy yo celebra una fiesta en mi casa, Dos amantes regalando besos y lágrimas pasean sus cuerpos distraídos en mí. Soy un túnel donde mis personajes alguna vez se encuentren. Atrapados en mis humores, mis deseos... tan sólo hallan el consuelo de existirse en mí, conformando oscuramente mi geografía. Su amor es como una ciudad sólo sentida en la lejanía, que crece, se desfigura, bajo mi guía invisible. A veces tiemblo en esos desprendimientos, pero sé, que ningún tesoro podría cegar una mirada pura. A veces hay que dejar hablar a la voz cegada, iluminar los vacíos con sombras de luz Qué es esta errancia de dioses, tiempos... invocados en el individuo no existido. Puede que nos asemejemos a una antena capaz de sintonizar o fijar canales... o alguna emisora extraña... una música iluminando regiones oscuras ¿Qué es eso del sentido exacto de las palabras?
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